Los recubrimientos tipo lasures también se conocen en el mercado como “Protectores” o “Impregnantes” y generalmente se presentan a una viscosidad baja para poder aplicarlos sin tener que diluirlos, esto se conoce como producto al “uso”.
Es un recubrimiento de alta resistencia, especial para maderas exteriores tales como: viviendas de madera, tarimas, muebles de jardín, barandillas, puertas, ventanas y toda aquella superficie de madera que esté expuesta a la intemperie.
El lasur tiene las ventajas y cualidades de otros protectores de la madera como barnices o esmaltes pero sin los inconvenientes de estos.
A deferencia del barniz, el lasur no forma una película, por lo que mantiene el veteado original de la madera. Además la capa aplicada es porosa y permite respirar a la madera evitando desconchados o descascarados del material, cuando es correctamente aplicado. Además al ser menos espeso y por poseer menos partículas sólidas penetra en las fibras protegiendo en profundidad.
Además dependiendo de su formulación otras características a resaltar son:
- Protegen contra los rayos U.V.
- Tienen propiedades insecticidas y fungicidas
- Son hidrofugos (repelen el agua)
Todas estas características hacen que los lasures tengan una mayor capacidad para
- Resaltar la veta y los detalles de la madera
- Reducir el mantenimiento
- Evitar que la madera se deteriore por factores ambientales
- Evitar que la madera sea atacada por insectos u hongos xilófagos.
Además, los lasures en fase acuosa mejoran las cualidades de los lasures en fase disolvente, con las ventajas de falta de toxicidad, son de larga duración, se pueden limpiar en el momento de uso, no son inflamables, de secado rápido, y sin olores.